Despedir al historiador Eusebio Leal.

Soy de un lugar que no es agraciado, de un sitio que baila con poco entusiasmo en los mapas y en las noticias. Sus habitantes e hijos adoptivos apenas han conseguido destacar a través de la historia. Vengo de una ciudad discreta y silenciosa.

Esta presentación ficticia podría corresponder quizás a alguna ciudad , pero no a La Habana. Mi ciudad se burla de los silencios. Abraza a quien abre los brazos y cuando se lo permiten salta a la publicidad, con el pelo revuelto y los labios repintados. La Habana Vieja es como la nariz en el rostro de La Habana. Sin ella sería casi imposible respirar los sucesos de la urbe.

Eusebio Leal fué su historiador desde finales de 1960. Era un caminante consciente, un amante imparable de la metrópolis. Durante más de 40 años se dedicó a rescatar el centro histórico de la capital cubana.

Ha fallecido este viernes un hombre inteligente , elegante orador y gran hacedor . Numerosas universidades reconocieron su intelectualidad y maestría en ciencias arqueológicas e históricas. Su labor exigente para supervisar a pie de obra las reconstrucciones, la echaran en falta sus colaboradores. También se extrañará esa manera “potable” de hablar con los vecinos sobre problemas sociales, el deterioro de los inmuebles o la superpoblación.

Creo sinceramente que hizo gala de su apellido “Leal” porque siempre que pudo fue leal a los ladrillos del tiempo , a las esquinas hechiceras y a las curvas nobles de la ciudad. Muy respetado por el pueblo, Eusebio, intervino en la recuperación de: museos , plazas, viviendas, la Avenida del Puerto, entre otros. Internacionalizó las bellezas de La Habana Vieja, la zona más visitada por todos los turistas que llegan a Cuba. ¡Gracias!

Sí, mi ciudad a pesar de sus pesares ha sido casi siempre una bonita muchacha con suerte.

Gracias por la compañía , les espero en un futuro poético y cuántico.

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