Las Tertulias Ética y Poesía que dirige el poeta catalán Guillem Vallejo aportan sin dudas un gran valor cultural. En el Ateneu de Barcelona, se reúnen mes a mes, amantes sinceros que quieren saborear versos y comprender las vidas de sus creadores.
En esta ocasión la charla estuvo dedicada al poeta chileno Pablo Neruda, premio Nobel de literatura. Guillem hizo un recorrido por la vida del hombre y del escritor. ¿Podemos/debemos juzgar obra y artista? Fue lanzada una pregunta similar y las respuestas fueron íntimas y poderosas.
Mientras se desarrollaba la charla, saltaron a la palestra las sombras del poeta. El Sentimiento en Neruda (en mayúsculas) le penetró de manera apasionada. Y parece ser que siempre buscó la corporeidad para depositar el amor y el desamor en el otro. Es posible que su historia más triste fuera aquella indiferencia y dolor profundo hacia su propia y única hija.
Neruda fue pionero, hizo lo que pocos, cantó a miles de cosas cotidianas y sencillas. Su labor que parece prodigiosa en “Odas elementales” es un derroche de imaginación. Quizás las cosas también merecían recibir una mirada profunda y la encontraron en él.
Hay también un poeta valiente en Neruda, una pluma que relata luchas e injusticias sobre los dolores del continente conquistado. Es cierto que cantó a las flores, a lo cotidiano…, pero también supo denunciar. Criticó la crueldad que experimentaron muchos indios en América Latina: “los hijos de la arcilla vieron rota su sonrisa”, dice en unos de sus sentidos versos.
Guillem que conoce bien el arte de la recitación, compartió preciosos poemas con todos los asistentes.
PIDO SILENCIO AHORA me dejen tranquilo. Ahora se acostumbren sin mí. Yo voy a cerrar los ojos Y sólo quiero cinco cosas, cinco raíces preferidas. Una es el amor sin fin. Lo segundo es ver el otoño. No puedo ser sin que las hojas vuelen y vuelvan a la tierra. Lo tercero es el grave invierno, la lluvia que amé, la caricia del fuego en el frío silvestre. En cuarto lugar el verano redondo como una sandía. La quinta cosa son tus ojos, Matilde mía, bienamada, no quiero dormir sin tus ojos, no quiero ser sin que me mires: yo cambio la primavera por que tú me sigas mirando. Amigos, eso es cuanto quiero. Es casi nada y casi todo. Ahora si quieren se vayan. He vivido tanto que un día tendrán que olvidarme por fuerza, borrándome de la pizarra: mi corazón fue interminable. Pero porque pido silencio no crean que voy a morirme: me pasa todo lo contrario: sucede que voy a vivirme. Sucede que soy y que sigo. No será, pues, sino que adentro de mí crecerán cereales, primero los granos que rompen la tierra para ver la luz, pero la madre tierra es oscura: y dentro de mí soy oscuro: soy como un pozo en cuyas aguas la noche deja sus estrellas y sigue sola por el campo. Se trata de que tanto he vivido que quiero vivir otro tanto. Nunca me sentí tan sonoro, nunca he tenido tantos besos. Ahora, como siempre, es temprano. Vuela la luz con sus abejas. Déjenme solo con el día. Pido permiso para nacer.
Los contertulios podemos participar en dos modalidades: presencialmente o conectarnos vía online como fue mi caso en esta ocasión. Y solemos tener la oportunidad de compartir nuestras ideas.
Por supuesto hubo un momento para recordar la bonita y útil labor que realizamos desde la Asociación Poesía en Acción. Y se animó a participar en el premio de poesía que convocamos cada año. En esta oportunidad la recaudación que se obtenga por la venta del libro se entregará a Avismón. La entidad tiene como objeto social ayudar a las personas grandes que lo necesitan. Acompañan a much@s abuel@s que viven en soledad en su proceso de envejecimiento y creemos que es altamente necesario poner el foco en ello. Nuestro deseo es que la Poesía pueda siempre accionar y ser útil.
Muchas gracias a Guillem por tertuliar sobre Neruda. El hombre es a veces lodo, pero su arte es siempre fuego que le purifica.
Nos vemos en un futuro poético y cuántico.