En el encuentro poético en Fedelatina-Barcelona por el Día de la Mujer, disfrutamos y crecimos todas. En esa conversación/reflexión femenina, quedó claro que cada día nos estamos juntando de manera imparable.
El talento de la mujer en muchas ocasiones se queda en espera. Abunda la queja por la falta de tiempo y por no tener las condiciones adecuadas para escribir y crear. La Poesía se vive como algo residual. Cuando se acaban las tareas de la casa, cuando se termina de cumplir con la Vida y los demás; entonces la Mujer busca un ratito para ella. Otras mujeres en cambio, ya estamos aprendiendo a encontrar nuestro momento. Nos estamos dando cuenta que no pasa nada si una noche la cena no sale a su hora. Vamos descubriendo que cuando sentimos la llamada poética, hemos de actuar.
Hicimos un reconocimiento a las visionarias, a las inteligentes y talentosas mujeres que tuvieron que hacer artimañas para burlar el sistema imperante. A ellas que se vieron forzadas a refugiarse en conventos o hacerse pasar por hombres para poder estudiar, escribir y expresarse, las recordamos con ternura. Hoy es más fácil el camino, pero aún nos entristece la brecha que falta hasta el reconocimiento pleno. La visión machista y pesimista sobre la mujer, la encierra, la menosprecia, la condena a pasar por un terreno inhóspito. Y sin duda empobrece a la humanidad.
Tenemos heridas, cierto, pero el Hombre no es el enemigo. Estamos en contra de las actuaciones y los comportamientos que nos limitan y nos condenan a ambos a no poder disfrutarnos en justicia y en equilibrio. La voz que calla debe romper los silencios. A la Mujer le corresponde hablar para salvarse a sí misma.
Todas las participantes escribimos desde muy jóvenes, nos descubrimos amantes de los versos gracias a otras mujeres que nos mostraron el camino. Alguien en nuestros comienzos tuvo confianza en nosotras. Y así hablando y recordándonos dimos paso a otro momento mágico. Leímos algunos de nuestros textos y también se cantó una canción. Las sonrisas, los aplausos, la sanación estuvo en el aire. Nos sentimos abundantes y felices.
Estoy agradecida de haber conocido y reconocido a este grupo de mujeres sencillas, potables y sinceras. Estamos gestando mucha vida poética. Hemos de seguir haciendo núcleo, piña, red… Es importante y necesario dejar atrás los celos, la ignorancia, la falta de autoestima. Esta vez estamos caminando hacia la libertad con mucha más consciencia. Tenemos también el gran deseo de poder inspirar a las generaciones que nos observan, con la palabra fértil y fecunda.