Poesía, energía femenina y Paz.

Siento sinceramente que la Poesía y la Energía femenina se parecen mucho. Tienen una esencia común y un nexo eterno. Creo que ambas necesitan de la introspección y del recogimiento tranquilo. Estoy convencida de que requieren del silencio interior, de esa “humedad espiritual” para desarrollar  su poder creativo.

Cuando asistimos a estados alterados y polémicos propios de la guerra, es muy difícil llevar a cabo esta gran labor de gestación y de creación. No es que sea imposible fundar y labrar desde el dolor; pero es desgarrador, desconcertante, traumático… La contienda pone en peligro la propia magia de la Vida, porque la Poesía y la feminidad cuando no habitan la Paz han de hacer esfuerzos inmensos de supervivencia. Cuando el ambiente es bélico enferma la realidad poética y la energía sútil femenina cae en el pozo de la servidumbre, la poca valía, la deshonra…

Y hablo de la Paz como  armonía vital, no como un sitio aburrido donde no ocurre nada. Pienso que la concordia es imprescindible para que el canal de lo femenino y el lirismo realicen sus procesos legítimos de construcción y reconstrucción. Ellas trabajan en silencio,  laboran discretamente en ese útero energético de la Vida que pide concentración, entrega total, paciencia y constancia. Estoy convencida que la Paz es condición necesaria e insustituible para el desarrollo equilibrado y productivo del ser humano. 

Hago un paréntesis porque la Paz también es precisa e importante para la Energía masculina sana. Para la Energía enferma, la Paz es un estorbo. El machismo no es energía sana,  en mi criterio carece de sabiduría. Es una manifestación pueril y soberbia que adolece de madurez.

Cuando hay sosiego, lo masculino adulto y equilibrado se expande, se fortalece y sirve para promover la acción inspirada. Esta “demencia” colectiva de tener que hacer siempre, de tener que movernos incansablemente por acumular o por llenar vacíos, no es buena. Esa lucha por conquistar y dominar no es signo de armonía, ni de  tranquilidad o crecimiento y mucho menos de paz.

En febrero fui invitada por Gretel Rafuls a impartir un taller de poesía. Estaba dedicado a personas de la tercera edad del Aula Mémora de L’Hospitalet de Llobregat en Barcelona y fui muy feliz. Ese pequeño grupo de abuelos tenían mucho amor en sus corazones. Fueron muy receptivos y agradecidos. En todo momento estuvieron participativos. Entablamos desde el trono de la paz y de la sabiduría, una tertulia inolvidable.

Esta mañana para celebrar el Día internacional de la Mujer me he reunido en la Asociación de Fedelatina Barcelona, con un grupo de mujeres especiales que escriben desde la autenticidad.  Me he sentido una privilegiada al poder compartir textos, poesía y muchas reflexiones sobre el autoconocimiento y la armonía. Estoy agradecida de que podamos prosperar en nuestros caminos de salud emocional.

Percibo que si insistimos en avanzar en nuestra evolución grupal, cada vez  se nos harán más necesarios los estados de calma, los estados pacíficos, los estados de “Gracia”. Ese es el llamado que yo canalizo, el crecimiento desde dentro (usando correctamente la Energía femenina y la Poesía) hacia afuera abrazando la energía masculina sana y tomando acciones de calidad. Y ese “fuera” también es tremendamente lírico. 

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