Surrealismo para cantar un verso onírico.

Siempre me ha costado comprender la línea temporal y rigurosa que explica los movimientos artísticos. Hay personas que son grandes guardianes de datos y gracias a ellos, los que no tenemos magia para recordar cifras, nombres, eventos … podemos orientarnos.

El surrealismo o superrealismo (en español), nació después de la segunda guerra mundial según afirman los expertos. Y es considerado como un “movimiento artístico y literario que intenta sobrepasar lo real impulsando lo irracional y onírico mediante la expresión automática del pensamiento o del subconsciente”.

En un primer momento la literatura engendraba y daba a luz los resultados, más tarde también lo hicieron las artes plásticas. El escritor se permitía entrar en una suerte de trance o dictado mágico; no entre espíritus y hombres , sino entre subconsciente y hombre. Así nacieron muchos poemas , ensayos, etc.

En esta forma de arte, el pensamiento “habla o se expresa” directamente y lo hace sin ayuda de la razón; sin pasar por ella. Se aumenta la realidad , se reinterpreta y se utilizan materias primas provenientes del mundo de los sueños y del subconsciente . Según mi modesto parecer cuando el artista deja de preocuparse por las consecuencias morales , cuando hay una cierta alegría por lo que se construye y no se juzga a sí mismo, cuando el pensamiento toma las riendas de la libertad porque cree firmemente en una realidad superior a la cotidiana, cuando las artes quieren poner carne a la poesía vital , cuando el autor trabaja como si fuese un medium o canal ; seguramente estamos frente a un creador surrealista.

He tenido la gran suerte de visitar Figueres , el pueblo natal de Salvador Dalí. Se respira allí una tranquilidad emotiva. El museo que guarda con cariño hermosas obras del pintor me enamoró con toda sinceridad. “El Surrealimo soy yo” decía el artista. Su genialidad pedaleaba en la cuerda floja de la locura constructiva, canalizadora de colores, formas, texturas…

Hacer una pequeña ruta por la mente de Dalí es un regalo incalculable. Agradezco la liquidez de sus inventivos atrevimientos y su delirante sabor. ¿Hemos de hacer caso a su llamada para responsabilizarnos de nuestras inconscientes aguas? Espero que sí. Los adelantados y los visionarios como él, a pesar de sus limitaciones, inspiran a sus hermanos.

Gracias Dalí por tu poesía de alma, por aflorar versos oníricos en los rostros, pechos y cinturas de mujer, gracias por defender las múltiples curvas de la vida.

Fotografías del Teatre-Museu Dalí, en Figueres.

Muchas gracias por acompañarme. Les espero en un futuro poético y cuántico.

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