Tertulia décima primera: Chancletas de palo, la danza de las cosas sencillas.

Vinimos a la Tierra gracias al gran baile de la Vida. Una danza misteriosa y mágica nos acompañó desde que fuimos esas pequeñas células, desde que jugábamos a dejar de ser insignificantes. Y aquí estamos en casa después de muchas piruetas y brincos vividos, intentando disfrutar en serio con lo simple y cotidiano.

Danzar es mover el cuerpo siguiendo el compás de una pieza musical. Tanto si la pieza es clásica o folklórica, lo importante es hacerlo con ritmo. Lo interesante quizás es conseguir movimientos regulares, ordenados, mezclando con armonía (hasta donde podamos) elementos que hagan contraste; en fin, intentar lograr una bonita proporción entre delicadeza y fortaleza.

BAILARINA

sitúo
la lámpara a mis pies

te sostengo 
polvo de danza 

(poema del libro Tertulias de Acuario)

Como millones de cubanos pude disfrutar con los muchos géneros musicales que se crearon y se “cocinaron” en la isla. Poca gente duda ya de los orígenes del Danzón, del Mambo, del Cha-cha-chá , del Son que puso sus “células madres” para crear la Salsa, etc. Bailar es sano y los cubanos sabemos las veces que bailar nos “salvó la vida”.

Hay un baile muy sencillo y no por ello despreciable: la “Chancleta de Palo”. Esta chancleta, como si de un ser vivo se tratara, es ruidosa, provocativa, sencilla y por supuesto útil. Me imagino a muchos ancestros cubanos, esclavos en su gran mayoría , que las utilizaban como equivalente a las alpargatas. ¿Cuántos pies con ganas de libertad las habrán usado?

La chancleta trascendió a la esclavitud, pero no a la pobreza. Muchos hogares con pocos recursos la continuaron usando durante mucho tiempo. Los que ya tenemos una edad, seguro recordamos aquellas maderas con curvas y forma de pie y sus tiras de cuero o gomas fijadas con puntillas de zapatero. Diría que en la década de los 80, apenas se veían ya en el uso cotidiano, sin embargo, en algunos bailes de las comparsas de carnaval las amaban como herramientas imprescindibles.

Cuanta magia al ”arrollar, al guarachar “ , porque con el baile brillan los tambores, los colores y la gente . A veces siento nostalgia cuando aquí en el pueblo donde vivo no escucho a las chancletas repicar las calles. Quizás pueda proponer a los amigos que conozco, (y que bailan ritmos cubanos) crear un grupo para bailar con ellas y salir en algún carnaval de barrio. “Chancleteros del Vallès”?, Quién sabe!!!

Por el momento disfrutar de las posibilidades tan bellas con este video.

Y que nadie me diga que no hay poesía en su Traca -ta- ca- ta -ca.

Gracias por compartir. ¡Feliz Día internacional de la Danza!  Los espero en un futuro poético y cuántico.

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