El pasado jueves 27 de julio nos reunimos en una Tertulia de Acuario un poco diferente, más íntima e intensa. La propuesta era hacerla directamente en la playa. Elegí Badalona, (Barcelona) muy próximo a Aquamaris. Pocos saben que esta discreta asociación encierra tesoros del agua de mar.
Precisamente de esas maravillas estuvimos conversando con Marta Font, una excelente conocedora de los beneficios que reporta el consumo de esta agua. Marta es bioquímica de formación y ejerce como docente desde hace años. Le resulta estimulante y casi un deber transmitir conocimientos a sus jóvenes alumnos para que desarrollen un espíritu crítico y curioso en la vida. Se trata de “no conformarnos” con las pautas rígidas del sistema educativo, sino ampliar la mirada y “beber” de muchas fuentes.
Bebimos un vasito de agua de mar preparada de forma “isotónica” (diluida en la proporción de 1 de agua de mar por 3 de agua potable) y con unos toques de limón. La experiencia fue agradable y sorprendente para quienes no la habían consumido antes. Gracias a Marta desde hace un par de años he venido experimentando con el agua de mar y he comprobado algunos de sus beneficios. También explicó muchos ejemplos del uso y de las referencias históricas que existen sobre su utilización. Efectivamente ha salvado vidas en épocas de grandes hambrunas y enfermedades colectivas. El conocimiento y la prudencia han de ir de la mano. Por ello recomendamos que las personas interesadas han de informarse correctamente, contactar con expertos en el tema y dialogar con su médico en caso de patologías.
En la parte poética de la Tertulia presenté a Quintín Valiente, un explorador del arte con mucho carisma.
Quin es poeta, actor de doblaje, regidor de escena y conductor de radio. Colabora en blogs literarios y también es autor de: “Un día cabrón lo tiene cualquiera”, “¿Qué te parece si nos desnudamos y lo discutimos?” y recientemente de “Quien se duerme pierde”.
Curiosamente después de escuchar unos de sus poemas comenzó a llover y tuvimos que “trasladar el campamento” al interior de Aquamaris. La Tertulia recobró el aspecto tradicional. Nos sentamos en sillas y nos deleitamos con Quintín. Todas las disciplinas que practica, abrazan de algún modo a su poesía. Nos confesó que ahora sus versos se aproximan más a la “oración” y a la exploración profunda del ser.
Hicimos algo que me encanta. Motivamos a los participantes a leer de nuestros libros. Y es un verdadero placer escuchar al público saborear versos sinceros. Dimos en regalo ,como es habitual, un ejemplar de mi poemario Tertulias de Acuario y otro de Quien se duerme pierde, de Quintín. Más adelante, en la parte del brindis, sucedió la magia perfecta de una Tertulia con un profundo carácter espiritual-emocional indagador. Reconozco que quería llegar a nadar así, en esos mares donde nos hacemos preguntas incómodas, pero altamente necesarias.
Por supuesto conseguimos los objetivos de estas reuniones donde compartir arte, conocimientos y enriquecer nuestra humanidad en un ambiente increíble. Muchas gracias por venir y abrir el pecho frente al Mar que nos nutre.
Nos vemos en un futuro poético y cuántico.
